La
Flor de la pasión es originaria de Perú. Fue introducida en Europa
por Colón. Fueron misioneros Españoles los que consideraron que
esta flor representaba la pasión de Cristo en la cruz. Los
filamentos que compones la flor les evocaba la corona de espinas,
los estambres las cinco llagas del Señor y los estilos los tres
clavos de la cruz.
(Información
recogida en páginas de internet)