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miércoles, 15 de agosto de 2012

De cómo se pasa un enfado



De la boca me salía
espuma verde de enfado.
Cayó en el perol de alubias.
Las estaba removiendo...
¡No conseguí encontrarlo!
A la hora de comer
el potaje nos tragamos.
Luego... lo de costumbre,
con cuatro pedos
quedó metabolizado.



                               La Cambrila






Faltas



Tengo muchas faltas.
Hasta de ortografía.
Eso no me impide
andar por la vida
ni escribir poesía.


         La Cambrila




martes, 22 de noviembre de 2011

Pobre caballero




Os quiero contar la historia
de un eterno caballero.
Pene le llaman de nombre.
De profesión, fiel guerrero.

Una devoción profesa.
Liberar a la princesa
de su injusto cautiverio.

El manido caballero
se ha tomado muy a pecho
conquistar un viejo sueño.

Encontrar su cortesana
cautiva, casta y lozana
esperando a su guerrero.

A la puerta del castillo
(bien cerrada, por supuesto)
se sitúa el caballero.

Con sus dotes de estratega
traza un plan inteligente
y utiliza su cabeza
cual si fuera un ariete.

Contra la puerta arremete
una, otra y otra vez,
hasta que la puerta, cede.

No pierde tiempo, se mete.
Como será su sorpresa.
¡No se encuentra la princesa!

Sale. Y no queda satisfecho.
Tiene que asegurarse. Entra.
Sale, entra, sale, entra.
Que gusto le da esa puerta.
¡Caray! ¿Que coño tendrá?

Vuelve a mirar otra vez.
Ahora, por puro placer
pues según cruza el dintel
piensa, ¡que aún no aparezca!

Nada tiene que temer.
Su liberada princesa,
la gran puerta del castillo
se la pone entre las piernas.



La Cambrila

viernes, 14 de octubre de 2011

Los jefes

A lo largo
de una cantidad
indeterminada
de décadas.
Se ha venido
experimentando
con vastagos
bastardos
de sofisticadas
vampiresas
de alta sociedad.
Los cuales,
fueron amamantados
con leche de
murciélaga.
Creando así
una nueva
raza de
chupa-sangres.
Los jefes.


La Cambrila

domingo, 21 de agosto de 2011

Qué tendrá que ver


Yo quiero saber señores
si no es mucha indiscreción,
que tiene que ver un higo
con mi punto de inserción.

Miro un higo frente a frente
y le veo su pezón.
Sí, la señora también tiene
pero, puesto en el melón.

Cogido por el pezón,
le damos la vuelta al higo
y más que coño es barriga
con un ombligo bocón.

Me asusto al ver la gotita
se cree que soy tonta yo?
Esa gota no es de chocho
es de fornido varón.

Por último abro el higo.
Madre que desilusión.
Ni labios, pelos, ni olor.
Más vale que echen un ojo
a un mejillón al vapor.

La Cambrila