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lunes, 12 de septiembre de 2011

La figurita de chocolate





Erase una vez un pastelero, hacia dulces muy ricos pero lo que mejor hacía eran las figuritas de chocolate. Las hacía de todas las formas que podáis imaginar, con forma de tren, de barco, de estrella, de margarita etc... Un día pensó en hacer unas figuritas nuevas, tendrían forma de niño. Cuando cerró la pastelería y se quedó solo se puso manos a la obra y fabricó una bandeja entera de los niños de chocolate mas bonitos del mundo. Cuando terminó apagó las luces y se fue a la cama.

Todas las noches cuando el pastelero se iba a descansar, entraba en la pastelería un hada voladora a la que le gustaban mucho los dulces y el chocolate de esa pastelería era el que mas le gustaba. Cuando entró al obrador y vio aquellos niños de chocolate tan bien hechos se quedó pasmada y no se dio cuenta de que se acercaba peligrosamente a una estantería. Cuando la vio era demasiado tarde y chocó. Derribó varios tarros de mermelada provocando un gran estruendo cris, cras, cotocloc...El hada se asustó muchísimo en su apresurada huida golpeó el extremo de su barita contra otra estantería ¡ding! De la barita se desprendieron varias estrellitas mágicas que cayeron sobre una de las figuritas de chocolate.

A la mañana siguiente con los primeros rayos de sol la figurita sobre las que habían caído las estrellitas mágicas comenzó a despertar.
-Um... que bien he dormido. Dijo mientras estiraba sus bracitos de chocolate.
-Buenos días compañeros. Pero nadie contestó. Esto es muy extraño, pensó. Y mientras zarandeaba a varias figuritas que tenía a su alrededor, se dio cuenta de que únicamente el podía moverse.

El sonido de unas llaves que abrían la puerta alertó a la figurita y se quedó muy, muy quieta. El señor pastelero abrió su tienda como de costumbre y colocó la bandeja de figuritas en el centro del escaparate.
-Aquí las verán todas las personas que pasen, como me han quedado muy bonitas seguro que las venderé todas. Se dijo el pastelero.
Poco después pasó por la calle un niño con su mama y al ver las figuritas dijo: - Mama, mama, mira que figuritas de chocolate, son las mas bonitas del mundo. ¿Me compras una? Porfi mami, porfi, porfi.
-Bueno, vamos te la compraré. Dijo su mama.
El pastelero fue a coger una figurita y el niño le dijo:
-No, esa no, la que está mas al centro.
-¿Esta?
-No, la que está mas abajo. Esa, esa es la que yo quiero.
El niño había escogido la chocolatina que estaba justo delante de la figurita viva.
-Oh, Dios mío pensé que me cogía, que miedo he pasado ¿para qué nos querrán? Pensó la figurita mientras veía salir al niño de la pastelería sujetando con una servilleta a uno de sus compañeros y según pasaba frente al escaparate ¡ñam! El niño se comió un brazo entero de un solo bocado.
Ahora si que sintió miedo la figurita viva.
-¡Me van a comer! ¡Esto es terrible! Tengo que escapar sin perder un segundo. Planeó la figurita.
Tuvo que esperar un buen rato hasta que la puerta que daba a la calle se quedó abierta y el pastelero estaba ocupado preparando un encargo. Entonces la figurita se armó de valor, respiró hondo, saltó del escaparate y corrió lo mas rápido que pudo hasta llegar a un parque.
En su alocada huida la figurita de chocolate tropezó y ¡chof! Cayó de cabeza a un estanque.
-Ay, ay,ay,ay como me he puesto, estoy empapado, cansado y muerto de frío. Tengo una idea, me tumbaré un poquito al sol, así me secaré y entraré en calor.
La figurita se tendió bajo los cálidos rayos del sol y como estaba extenuada de tanto correr, se quedó dormida y no se dio cuenta de que el calor del sol empezaba a derretirla.
El chocolate fundido se fue filtrando en la tierra y desapareció.

Pocos días después y en el mismo lugar donde se había fundido la figura comenzó a brotar un pequeño árbol.
El árbol parecía normal pero no era así, era un árbol mágico pues en solo una noche creció hasta metro y medio de altura y tenía las ramas llenas de mandarinas.

Las personas que frecuentaban el parque estaban asombradas y decían : Esto es muy misterioso, ayer no estaba aquí este árbol, parece magia, la verdad es que tiene unas mandarinas muy apetitosas, ¿qué os parece si probamos una? Sugirió un joven que paseaba con su perro.
-Claro.
-Si.
-Probemos a ver si son dulces...
El joven tomó una mandarina, apenas había comenzado a pelarla cuando dijo:-¡Oh! Es una mandarina muy especial.
-Por qué?
-Qué pasa?
-Qué tiene de raro?
Preguntaban todos mientras atosigaban al muchacho.
-¡Sus gajos son de chocolate!

Nunca nadie supo por qué aquel árbol daba mandarinas de chocolate, pero lo que si sabían es que eran las mandarinas de chocolate mas ricas del mundo.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Sofy te cuenta. La regla

Este pequeño escrito está dedicado a Nerea. Tenía ocho años cuando se interesó por la regla.



Hola me llamo Sofy y soy un óvulo.

Los óvulos somos células redonditas, parecidas a un huevo pero mucho más pequeñas, tan pequeñas que necesitas un microscopio para poder vernos.

La misión de los óvulos es hacer bebés pero no siempre lo conseguimos.

Como ya he dicho me llamo sofy y he sido el óvulo elegido para explicarte como es nuestra vida y las cosas tan maravillosas que suceden dentro del vientre de las mamás y de las niñas cuando llegan a la edad de la pubertad. Las chicas llegan a la pubertad aproximadamente a los once años. En esta época comienza a cambiar el cuerpo y empiezan a aparecer pelillos en las axilas y el pubis y notamos que los pechos aumentan su tamaño.

Estos cambios exteriores se aprecian sin dificultad pero en el interior del vientre y sin que podamos apreciarlo se ponen en funcionamiento los ovarios y junto a estos una serie de órganos que van a formar la fábrica más maravillosa del mundo. La fábrica de hacer bebés. Esta fábrica se compone de dos ovarios, dos trompas de Falopio y el útero.

Yo que soy un óvulo crezco en el ovario, cuando estoy completamente formado me desprendo y emprendo un divertido viaje por el conducto que se llama trompa de Falopi. La trompa de Falopio es como un tobogán que me llevará hasta el útero.

¡Yupi! Ya estoy en el útero. Esto es como un hotel de cinco estrellas. Mientras esperaba mi llegada las paredes del útero se han ido recubriendo de una sustancia esponjosa y blandita, como si fuera algodón, así puedo estar muy cómodo y no me golpeo.

A partir de ahora pueden suceder dos cosas. La más especial es que reciba la visita de un espermatozoide y entre los dos podamos concluir la misión para la que estamos destinados, que es la de hacer un bebé; crear una nueva vida. Fascinante ¿verdad? Este hecho tan extraordinario ocurre muy pocas veces, lo mas normal es que espere, espere y espere tanto que la sustancia esponjosa que me protege y yo mismo nos hagamos viejitos y caduquemos.

Como sabéis cuando algo caduca hay que desprenderse de ello y la forma en que el útero elimina estas sustancias caducadas es mediante unos pequeños movimientos o contracciones . Con cada contracción se van despegando de las paredes del útero trocitos de esa sustancia esponjosa que las recubre.

Para que todos esos desperdicios puedan ser expulsados al exterior y el útero quede completamente limpio, necesitan mezclarse con un líquido o fluido que los arrastre. En este caso el fluido que se utiliza es la sangre. La sustancia esponjosa, el óvulo y la sangre salen al exterior por la vagina. A esto se le llama menstruación o regla.

El útero tarda en limpiarse de tres a ocho días y durante estos días es necesario el uso de compresas o tampones y una buena higiene.

Ovarios y útero están perfectamente sincronizados y mientras en los ovarios madura un nuevo óvulo, el útero se limpia y prepara para recibir a este en las mejores condiciones.

Esto es el ciclo menstrual o regla y ocurre periódicamente cada veintiocho días .

También es importante saber que los ovarios trabajan alternativamente, si en un ciclo menstrual aporta el óvulo el ovario derecho, en el siguiente ciclo lo aportará el ovario izquierdo.

Saludos de Sofy y hasta pronto.





La Cambrila

viernes, 26 de agosto de 2011

El duende de la almohada




Este cuento lo escribí  para el hijo de una amiga. El niño dormía con sus papas  y creé este relato para que le resultar mas interesante ir a su cama. El cuento le gustó mucho pero prefería la cama de los papas.





El duende de la almohada



Lucas nunca había dormido en su cama. Todas las noches tenía que dormir en la cama de sus papas, pero no se daba cuenta que mientras dormía tranquilamente, el duende de su almohada pasaba la noche llorando porque se encontraba muy solo.

Una noche el duende se cansó de llorar y pensó que tenía que hacer algo para que Lucas supiera lo triste que estaba por su ausencia.

Como el duende sabía hacer magia, entraría en sus sueños y le contaría toda la verdad.
-Lucas, Lucas, estás dormido? Dijo el duende.
-Si, claro que si. Quién eres? Y qué haces en mis sueños? Dijo Lucas.
-Quién eres....? Quién eres...? Pues quién voy a ser? Soy el duende de tu almohada. No me conocer porque nunca has dormido en tu cama.
-Yo no sabía que en mi almohada vivía un duende . Dijo El niño, un poco desconcertado.
-No claro , tú, no sabes nada. Esta es la cama de tus papas...
-Si, eso si lo se. Le interrumpió Lucas.
-Y también sabes que papa y mama están muy tristes porque no pueden descansar juntitos? Le preguntó el duende indignado.
-Papa y mama están tristes?
-Si. Mucho.
-No..., eso... no lo sabía .
-Tampoco sabes que paso toda la noche llorando porque no vienes a tu cama.
-No..., eso..., tampoco lo sabía.
-Por no hablar de tus muñecos y juguetes. También se pasan la noche muy tristes pensando que vas a otro cuarto porque ya no les quieres. No puedes imaginar cuanto sufren.
-Pero..., pero... yo no quiero que nadie esté triste. Dijo Lucas muy apenado.
-Entonces tendrás que hacer algo para que esto cambie. Sugirió el duende.
-Si, si, pero qué puedo hacer?
-La solución es muy sencilla. Te levantas, despiertas a tus papas y les dices: -Papas os dejo solitos. Juntos es como tenéis que descansar. Yo me voy a la cama que me está esperando el duende de la almohada.

En ese instante Lucas se despertó, salió de la cama de sus papas e hizo lo que el duende le había pedido. Después se fue a su cama muy satisfecho, sabía que estaba haciendo lo correcto.

Ya en su camita, Lucas se quedó dormido plácidamente y el duende de la almohada volvió a aparecer en sus sueños:
-Estoy muy contento. Le dijo el pequeño duende. Todos los muñecos y juguetes se sienten muy felices porque has vuelto para dormir con ellos. Te piden que nunca les dejes solos. Ahora sigue durmiendo tranquilo. Si alguna vez te despiertas asustado, no tengas miedo, recuerda que estoy en tu almohada velando tus sueños.

A la mañana siguiente Lucas encontró a sus papas muy, muy felices. Le dieron los buenos días con besos y abrazos especiales. Se sentían muy orgullosos de él. Por fin dormía en su cuarto y pasaba toda la noche en su espacio para descansar.

A partir de ese día, Lucas solo va a la cama de sus papas los Sábados y los Domingos por la mañana, después de haber descansado. Sabe que así todos son mas felices. Y cada noche cuando llega la hora de acostarse Lucas les decía a sus papas: -Buenas noches papa. Buenas noches mama. Me voy a mi cama que me está esperando el duende de la almohada.


La Cambrila

Lucas aprende a dormir



Mi hijo tenía problema para dormir, y en mi afán por solucionarlo se me ocurrió escribir un cuento. Este relato se convirtió en una valiosa herramienta. Con constancia y paciencia en pocas semanas solucionamos el problema. Lo leíamos todas las noches al ir a la cama, le gustaba muchísimo, hasta que aprendió. Cuando consiguió dominar estos episodios  dejó de interesarle. Espero que os guste y que lo utilicéis si os resulta interesante.




Lucas aprende a dormir

Lucas es un niño bueno. Sabe hacer muchas cosas el solo y las hace muy bien pero tiene un problema. Se despierta a media noche, salta de la cama y se pone a gritar y a patalear. Despierta a sus papas que se preocupan mucho pues no saben que le pasa.


Por la mañana, en el recreo del cole Lucas no tiene ganas de jugar y por la tarde es aún peor, se encuentra cansado y de mal humos.


Después de cenar se va a la cama pero a media noche vuelve a gritar y a patalear y vuelve a despertar a sus papas que al igual que Lucas cada día están mas tristes porque no descansan bien.


Como Lucas gritaba muy fuerte también despertaba a sus vecinos. Sus vecinitas Jimena, Juana y Julia se asustaban mucho y le preguntaban a su papa:
-¿Qué le pasa a Lucas? Nos da mucha pena que todas las noches grite tanto.
El papa le contestó:
-No os preocupéis, lo que le pasa a Lucas es que no sabe dormir ¿Jimena te gustaría enseñarle?
-Si. Contestó la niña muy entusiasmada.

Jimena que era la mayor le dijo a Lucas:
-Es muy importante que aprendas a descansar y para ello has de seguir mis consejos. Tienes que buscar unos amigos para dormir y un despertador.
Después de cenar te metes en la cama, lees un cuento con tus papas, rezais las cuatro esquinitas, os dais las buenas noches y un besito de hasta mañana.
Luego cierras los ojos y mientras piensas en cosas que te gustan te quedas dormidito .
Si te despiertas a media noche no tengas ningún miedo, Estas en tu cama. Escucha el silencio y veras que tus papas descansan en su cuarto.
Ahora es muy importante que te quedes en tu cama, te abrazas a tus amigos y esperas tranquilo hasta que suene el despertador. Es así de facil.


Lucas siguió los consejos de su amiga Jimena y en pocos días aprendió a dormir. Entonces comprendió lo importante que es un buen descanso pues en el recreo lo pasa genial jugando a pillar con sus compañeros y por la tarde es aún mejor, se siente maravilloso, lleno de energía y no se cansa de hacer carreras con su bonita bici por el parque.


Los papas de Lucas se sienten muy orgullosos de el. Los tres son muy felices porque descansan bien.


Lucas le está muy agradecido a Jimena y le ha regalado un bonito ramo de flores en el que pone:- Gracias por enseñarme a dormir.
Firmado: Lucas y sus papas.
FIN


La Cambrila