La senda del agua se
encuentra en Matute. Es un recorrido bien señalizado de unos 3 km
ida y vuelta ideal para hacerlo con niños. Atravesamos el pueblo y
enseguida nos encontramos con la primera indicación, a partir de
aquí no hay pérdida.
El lugar sorprende. El
sendero nos adentra en el cañón excavado por el arroyo Riguelo
flanqueado a derecha e izquierda por altos cortados rocosos de color
rojizo y gris que proporcionan bastante sombra y junto con la humedad
proliferan helechos, musgos y árboles.
El suelo estaba
completamente cubierto de hojas; olía a tierra húmeda, a musgo y a
hierva y únicamente se oía el canto de los pájaros y el murmullo
del agua.
El sendero salta
continuamente a derecha e izquierda del arroyo y para ello cuenta con
unas pasarelas de madera muy divertidas , 9 en total.
Estoy segura que este
lugar está habitado por hadas, duendes ,gnomos y todo tipo de
criaturas fantásticas que te quieras imaginar.
Hacia el final del paseo
nos encontramos con un túnel natural. Es corto y estrecho. Pensé
que no cabía pero agachándome un poquito pasé estupendamente.
En el final nos aguarda
la experiencia más fuerte. Una precaria escalera vertical construida
con unos pocos palos. No os imagináis el miedo que pasé para subir
y no voy a contar le que pasé para bajar.
Arriba nos encontramos
con la cascada. Para los más aventureros se puede seguir remontando
el barranco pero el camino se torna más abrupto y nosotros
terminamos aquí. Se regresa por el mismo recorrido.